viernes, 30 de marzo de 2012

~Capítulo 2~ No dejo de pensar en ti.

Patio del Santa Clara, 11:05.
- Y así transcurrió todo...realmente Rodrigo es un chico encantador...cada día me gusta más.
- Que suerte que tienes Luci, todas queremos un Rodrigo para nosotras. - Contestó sonriente Blanca.
- ¡Bah! A mi me gustan más movidos, más fiesteros, más enrollados. - Respondió Vanessa.
- Pues a mi me parece que Rodrigo es un chico único. - Exclamó sonriente Lorena.
- ¡Ehehehehe! Que es mío y sólo mío, no os hagáis ilusiones. - Bromeé.
- ¿ Y tú Rocío ? ¿ Qué piensas del chico ?
- Si bueno... es majo, simpático...
- ¿ Majo y simpático ? Venga... que estamos en confianza.
- Pues eso es lo que pienso.
- Alguna cosa más se te pasará por la cabeza de él.
- ¡He dicho que no! Estás hoy muy pesada.
- Vale, ya veo que no nos quieres contar. Dejémoslo. - Cortó tajante Vanessa.


Veinte minutos antes.
Al acabar la clase de Naturales, vi como mis amigas se abalanzaron sobre mí, y me empezaron a hacer un interrogatorio. Como si fuese la acusada y ellas las policías.
- ¿ Dónde estuvisteis ?
- ¿ Que hicisteis ?
- ¿ Te invitó a tomar algo ?
- ¿ Os lo pasásteis bien ?
- ¿ Hasta que hora os quedásteis ?
Yo me intenté calmar, e ir respondiendo a todas sus preguntas, pero me parecía imposible. Definitivamente mis amigas estaban muy alteradas con este tema.
- ¡Relajaros ya! A ver, os voy a hacer un resumen:
Me fue a recoger a casa, como siempre puntual, y antes de que pudiera hacer nada me cogió en brazos y me susurró al oído que íbamos a ir a un lugar muy especial.
Yo le empecé a preguntar, pero se negó a responderme.
Después de un tiempo andando, llegamos al Retiro y me llevó por un camino por el que nunca había ido.
Me sentó en la hierba, estaba algo mojada y me preguntó por la hora, las ocho respondí.
La curiosidad me estaba matando, ¿ qué pretendía ?
Sacó mi iPod del bolso, se puso el casco izquierdo y a mí me entregó el derecho y empezó a sonar Paradise de Coldplay.

When she was just a girl,
She expected the world,
But it flew away from her reach,
So she ran away in her sleep. 


Y entonces lo ví, miré hacia el horizonte, una preciosa puesta de sol. Increíble, sabía la hora exacta en la que se podía ver aquello y me había traído para que disfrutásemos de aquello juntos.

- Cariño, esto es... Precioso.
- Lo sé, por eso te he traído aquí, porque sé que te encantan las puestas de sol.
- No sé que decirte... no tengo palabras.
- No hace falta que digas nada. 


Y nos fundimos en un apasionado beso, que hizo que recordase aquella tarde, para el resto
de mi vida. 


- Cursi.
- Detallista.
- Empalagoso.
- Encantador.
- Perfecto.



Mis amigas no paraban de comentar, tenían diferentes opiniones, me dí cuenta entonces...de lo distintas que eran... pero aún así formábamos un buen equipo.
Lorena tenía el pelo castaño, llevaba unas mechas rubias muy llamativas, era de estatura media, y tenía los ojos marrones. Era lanzada, decidida, y no se cortaba en decir las cosas.
Luego estaba Rocío, era todo lo contrario a Lorena, pelo negro azabache, ojos pequeños, más bien bajita... Era súper tímida, casi no participaba en nuestras conversaciones, pero era un pilar importante en nuestra amistad.
A continuación teníamos a Vanessa : Era una neoyorquina que se vino a Madrid a los 6 años,y claro, ahora hablaba a la perfección el inglés y el español. Bajita, encantadora, simpática, y buena amiga. Era una experta en tocar el piano.

Y por último estaba Blanca. Era una chica muy habladora, divertida, alegre, siempre estaba haciendo bromas. Era una alocada, y se atrevía con todo. Hasta una vez se tiñó el pelo de azul, por eso ahora tenía el mote de " Pitufa ". Alta, morena y una perfecta dibujante.


<< Ding, Dong, Dang >> 


El timbre nos anunció que el recreo había terminado. Nos levantamos del banco y volvimos a entrar al instituto. Nos esperaba una larga clase de Sociales.


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Y los días pasaron volando. Tres días después.
No. No. No. No. ¡Bah! Ningún programa merecía la pena aquella mañana. Apagué la televisión y fui a prepararme el desayuno. Aquella mañana tomaría dos tostadas y un buen tazón de café.
De fondo sonaba " Depende de ti " del Sueño de Morfeo.
No quería perder más tiempo a si que cuando acabé de desayunar me fui a vestir. Me lavé los dientes y fui a mi habitación.
En la mesa estaba mi cámara, al verla me vino la imagen de María a la cabeza. Tenía ganas
de volver a verla. Pero no sabía ni su dirección ni su número de teléfono.
Aquella tarde que estuve con ella me sentí libre, con confianza, alegre. Y eso que nos conocíamos desde hacía apenas unas horas. Aun así, parecía que éramos amigos de toda la vida. Y eso, no me pasaba con muchas personas, concretando, nunca lo había sentido con nadie. Cada vez que la recordaba no podía evitar sonreír como un tonto.
Surgió entonces mi pregunta : ¿ Sería ella mi alma gemela ? ¿ Me estaría enamorando ?


<< Bip, bip >>


Aquel mensaje me devolvió a la realidad. Fui hasta el sofá y cogí el iPhone. Era un mensaje de Antonio, mi antiguo profesor de fotografía. Quería que fuese a su estudio cuanto antes porque tenía una gran noticia para mí.
Le respondí que enseguida iría para allá. Eché una última ojeada a mi piso, para ver que todo estuviese Ok. Me puse la chaqueta y salí a ver que aventura me tenía preparada.
Hacía un día buenísimo, unos 27º grados por lo menos. Demasiado para mí por lo que me tuve que quitar la chaqueta. Cuando me la colgué del brazo, para mi sorpresa, calló del bolsillo un pequeño papel. Lo cogí y me volvió a salir esa sonrisa tonta. María me había metido su número sin que yo me enterase. Aquella chica era increíble.

Y con los nervios a flor de piel y más feliz que nunca, cogí el taxi que me llevaría hasta Antonio. Sí, definitivamente estaba enamorado.

miércoles, 28 de marzo de 2012

~Capítulo 1~ El comienzo de todo.

7:30, Lunes, Un bonito amanecer veraniego.
Abrí los ojos con lentitud, la luz impedía que los abriese del todo. ¿Un momento? ¿La luz? ¡Ya había amanecido! ... Maldita sea ... ¿Qué hora sería?
No lo dudé y me levanté rápidamente, miré el iPod ... ¡Las 7:30!
Iba a volver a llegar tarde al instituto otra mañana más.
Cogí lo primero que vi en el armario, me vestí y bajé a toda prisa a la cocina. No... no me daba tiempo a desayunar...
Me colgué la mochila a la espalda y salí lo más rápido posible.
Como toda las mañanas saludé al portero de la urbanización y me quedé en la parada de autobús, esperando que hoy apareciese pronto.


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En ese mismo instante, en otra parte de Madrid.
La cámara, el trípode, los objetivos, la funda...
Bien, no se me olvidaba nada. Tenía que tener todo preparado.
Era mi primer trabajo como fotógrafo profesional y quería que todo saliese perfecto.
Sí... aquello realmente me gustaba mucho, era como un sueño hecho realidad, fotografiar y además recibir dinero a cambio.
Cogí las tarjetitas que yo mismo había hecho:
<< Raúl Hernández García, fotógrafo de bodas, comuniones, cumpleaños...o cualquier otro evento especial >> y a continuación mi número de móvil.
Me guardé el iPhone en el bolsillo y cerré las puertas de mi encantador piso en la Gran Vía. Hoy iba a ser un buen comienzo.


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Instituto Santa Clara, 8:20 de la mañana.
Mientras entraba apresuradamente al instituto, oí en la lejanía que alguien gritaba mi nombre.
- ¡ Lucía, Lucía !
Me dí la vuelta, y vi que era Lorena.
- ¡ Lorena, que alegría ! Nos damos un abrazo y dos besos.
- ¿ Cómo te ha ido el fin de semana ?
- Genial, tengo que contarte un montón de cosas.
- Pues ahórratelas para la clase de Biología, ¿ entramos ?
Y acto seguido subimos las escaleras camino a nuestra clase, entramos y con un " Buenos días, perdón por el retraso " nos sentamos en nuestros sitios mientras la puerta de 2º de Bachillerato C se cerraba a nuestras espaldas.
-Señorita Lucía Martínez, ¿ puede bajar de su nube y atender en clase ? Estos días está usted muy dispersa en mis clases.
Mostré una mueca de fastidio y me volví hacia atrás.
Allí estaban Lorena, Vanessa, Blanca y Rocío mis 4 mejores amigas, no desde toda la vida, 
pero con ellas aprendí que el tiempo que llevásemos juntas era lo de menos.
Me miraban con una sonrisa burlona, y sólo con eso ya sabía que querían, estaban ansiosas
de que las contase mi fin de semana con Rodrigo, el amor de mi vida.

- Ya os he dicho que no pasó nada fuera de lo normal.
- ¡ Pero queremos saber detalles ! - Justificó Vanessa
- ¡ Eso ! Somos tus amigas ¿ no ? tenemos derecho a saber tu intimidad. - Soltó Lorena acompañado de una carcajada que llamó la atención del profesor.
- Señorita García, los marujeos y risas los deja para el recreo. Bien, continuemos...
- Pues eso, que ya nos estás contando cuando acabe Biología. - Sentenció Blanca.

Miré el reloj y calculé que quedarían alrededor de unos 20 minutos, bueno, no tenía más remedio que callar y aguantar un rato más los discursos sobre el sistema nervioso.     


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- Que pase el siguiente, por favor.
- Hola, creo que me toca a mí.
- Voy a ver en la lista, ¿ María González ?
- La misma.
- Bien, vamos a ver que modelo de fotos estás hecha.
- Prometo no defraudarte. -Dijo guiñando un ojo.

Entramos en la sala de fotografía y puse el fondo blanco habitual. Cogí el modelo adecuado de objetivo y añadí un flash más grande a mi réflex.
- Un poco más a la derecha, sí eso es, perfecto... Click.
Y ahora con cara pensativa, Click.
Vale, creo que ya tenemos suficientes, han quedado genial.
- ¿En serio? ¡ Cuánto me alegro ! Eres un fotógrafo increíble Raúl.
- Y tú una modelo muy buena María.
- Jajaja, bueno no exageres. Me lo he pasado muy bien. ¿ Cuánto te debo por las fotos ?
- Depende, 70 euros es la tarifa normal, pero si te vienes a tomar un café conmigo te saldrá por la mitad. ¿ Qué me dices ? - Dije sonriendo.
- Creo que prefiero la segunda. ¿ Nos vamos ?
Respondí con un ligero " Sí " y entramos a un Starbucks que había en la acera de enfrente. Pagamos nuestros dos cafés Latte y nos sentamos en una mesa que daba a la calle.
- A si que las fotografías son para una prueba de modelos ¿ no ?
- Exacto. Es esta semana y tengo que enviar las fotos lo más pronto posible.
De repente empieza a sonar " Turn me On " de David Guetta en el bolso de ella.
- Perdona, tengo que cogerlo. ¿ Espérame vale ?
- De aquí no me muevo.
Saqué mi Canon réflex y me puse a ver las fotos de hoy.
María era una chica realmente guapa : Rubia, alta, ojos color miel, sonrisa perfecta, buen estilo, simpática... lo tenía todo.
Harían buena pareja, él mide 1,83, su pelo adquiría un color más bien castaño, sus ojos eran marrones, la mayoría de las veces vestía con vaqueros y una camiseta, era muy atractivo pero no era de esos que se lo tenían creído, era un poco tímido y sobre todo, un soñador.

Su pasión por la fotografía la tenía desde pequeño, pero mediante iban pasando los años se hacía más y más grande, fue entonces cuando decidió dedicarse a ello. Aunque también tenía un Plan B por si con lo de las fotos, no podía ganarse la vida. Decidió estudiar magisterio ya que le encantaba impartir clase.
 Pero no llegó a ejercer de profesor, la fotografía se cruzó en su destino antes.
- Bueno ya estoy aquí, una llamada del trabajo.
- Ahhh bueno... estaba viendo las fotos, han salido genial, ¿ quieres verlas ?
- ¿ Qué pregunta es esa ? ¡ Por supuesto que quiero !
Le pasé la cámara y me quedé mirando como en cada fotografía que veía se le dibujaba una sonrisa en la cara, aquella chica era muy expresiva.
- ¡ Guau ! Son increíbles.
- Muchas gracias. María, me encantaría estar toda la mañana contigo, pero debo irme.
- No te preocupes, yo también tengo que irme.
No sabían como despedirse hasta que definitivamente ella le dio dos besos y cuidadosamente le metió su número de móvil en el bolsillo de la chaqueta.
- Espero volver a verte pronto Raúl.
- No dudes en que volveremos a vernos. ¡ Hasta luego !
Y desaparecieron con aquel agradable olor a café, sin saber que a partir de ese momento, su vida cambiaría totalmente.